23 de julio de 2013

El poder del lenguaje limitante

El ser humano es la única especie en la tierra, capaz de desarrollar una manera de comunicarse sofisticada. A diferencia de los animales, las personas expresan pensamientos y sentimientos por medio de un sistema de signos orales y escritos denominados lenguaje.  Además de la articulación de palabras, el cuerpo ha desarrollado ancestralmente una serie de gestos y señas, con el fin de emitir mensajes de manera no verbal y así ampliar las posibilidades en la comunicación.

El lenguaje es el arma más poderosa que el hombre ha creado. El Poder que tiene radica en su capacidad de influir sobre uno mismo y sobre los demás. Los grandes oradores que han marcado a la humanidad, han tenido muy en cuenta este principio. Sin embargo este mismo poder, puede ser el encargado de sabotear pensamientos y creencias, limitando las capacidades.

En nuestro día a día, es común emitir palabras de todo tipo, la repetición constante las hace parte de nuestro vocabulario, lo que genera familiaridad al usarlas, pero te haz preguntado

¿Qué tanto influyen las palabras que utilizas en tu conducta?

La Programación Neurolingüística (PNL) se enfoca en el estudio de los programas mentales establecidos y ejecutados por nuestros impulsos neurológicos ordenados por el cerebro. Todas estas acciones son procesadas  a través de la comunicación en general y del lenguaje en particular En términos más simples, nuestras palabras son el resultado de los programas mentales que almacenamos en nuestro cerebro. Nuestro catalogo de ellas puede ser amplio o limitado, pero hay una relación directa entre lo que decimos y la conductas que se genere ala postre.

Un simple “No puedo”, es decodificado por nuestro cerebro como un hecho real, emitiendo una reacción neuronal que limite determinada acción. La contradicción viene cuando el uso de la palabra no tiene sustento en la situación experimentada.
  • Ejemplo 1: ¡No puedo pasar el examen! ¿Realmente no puedes? O es solo una justificación para no estudiar.
  • Otra forma común de limitante comunicacional son las generalizaciones.
  • Ejemplo 2: Tu novio te es infiel y exclamas ¡todos los hombres son iguales! ¿Realmente haz conocido a todos los hombres del mundo, como para afirmar que todos son así? Estoy seguro que No.
  • Ejemplo 3: Al no poder resolver un problema de matemáticas, te dices a ti mismo: ¡No sirvo para nada! A la mejor no destaques en esta rama, pero quizás eres bueno en otras cosas ¿Por qué auto diagnosticarse como un inservible, ante una situación en particular?

Nuestro cerebro no tiene sentido del humor, y cada una de las palabras las asume como una realidad. Estos ejemplos que te cite, son pocos a comparación de la gama tan grande que existe de limitantes en nuestra comunicación. Tu boca puede ser tu mayor aliado o tu peor enemigo, todo depende de lo que te digas a ti mismo y a los demás.

Me despido con un fragmento del libro “El lenguaje del poder personal” del orador Chick Moorman que concientiza sobre el uso adecuado de las palabras:
“Tu mente es el sistema creador de tu realidad. Tus patrones de lenguaje programan tu mente. Así son de importante tus palabras. Habla para producir el resultado que deseas. Usa el lenguaje para crear lo que quieres en tu vida. Usa las palabras para aumentar tu poder personal. Recupera el control de tu vida a través de las palabras que usas.”
Cuida lo que dices y obtendrás lo que quieres.

Hasta la próxima!

1 comentario:

  1. Amigo, tu artículo me gusta mucho, pero ten cuidado con la ortografía. HAZ se usa para el verbo HACER y como sustantivo (luz o heno); pero como verbo auxiliar debes usar HAS PREGUNTADO, o HAS CONOCIDO. Además, la expresión correcta es «estoy seguro DE que no».
    Éxitos. Solo corrige ese par de asuntos.

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